Permite visualizar los principales órganos del abdomen, como el hígado, vesícula biliar, páncreas, bazo y vías biliares. Es fundamental para detectar cálculos, inflamaciones, tumores o alteraciones estructurales. También ayuda a controlar enfermedades hepáticas, pancreáticas o digestivas. Es un examen rápido, indoloro y de alta precisión diagnóstica. Evalúa los órganos de la pelvis como la próstata, vejiga y vesículas seminales. Es muy útil para detectar agrandamiento prostático, inflamaciones, quistes o infecciones urinarias. También permite observar el vaciado vesical y el estado de las vías urinarias bajas. Es un estudio clave en hombres con síntomas urinarios o infertilidad. Examina en detalle los testículos, el epidídimo y el cordón espermático. Sirve para detectar quistes, tumores, varicoceles, torsión testicular o inflamaciones. Es esencial para evaluar causas de dolor, aumento de volumen o infertilidad masculina. Su precisión permite diferenciar lesiones benignas de las que requieren tratamiento urgente. Analiza el tamaño, forma y estructura de los riñones, además de las vías urinarias. Es útil para detectar cálculos, quistes, infecciones, tumores o signos de insuficiencia renal. También permite evaluar el flujo urinario y la función del sistema excretor. Es una herramienta clave para el control de enfermedades renales crónicas. Permite observar el tejido mamario y distinguir entre quistes, nódulos o masas sólidas. Es un complemento ideal de la mamografía y puede detectar lesiones en etapas tempranas. Se recomienda tanto para chequeos preventivos como para controlar síntomas o antecedentes familiares. Su uso es fundamental en la detección precoz del cáncer de mama. Estudia la glándula tiroides en tamaño, forma y estructura interna. Detecta nódulos, quistes, inflamaciones (como tiroiditis) o alteraciones que podrían requerir estudios complementarios. Es un examen rápido y sin radiación, ideal para el seguimiento de pacientes con hipotiroidismo o hipertiroidismo. Su precisión ayuda al diagnóstico temprano de enfermedades endocrinas. Evalúa músculos, tendones, ligamentos y tejido subcutáneo en busca de lesiones, hematomas o masas. Es de gran utilidad en traumatismos, desgarros o sospecha de lipomas. También permite controlar procesos inflamatorios y postquirúrgicos. Es una herramienta versátil para diagnósticos musculoesqueléticos y de tejidos superficiales. Combina la imagen anatómica con el análisis del flujo sanguíneo testicular. Permite detectar torsión, varicocele, inflamaciones o problemas de irrigación. Es esencial ante dolor agudo o infertilidad, ya que muestra alteraciones vasculares en tiempo real. Su precisión evita cirugías innecesarias y orienta tratamientos específicos. Analiza la circulación en venas y arterias de las extremidades o el cuello mediante ondas de ultrasonido. Detecta trombosis, insuficiencia venosa, obstrucciones arteriales o placas ateromatosas. Es clave en la prevención de enfermedades vasculares y accidentes cerebrovasculares. También se utiliza para controlar la eficacia de tratamientos o cirugías vasculares.